Sociedad

La cuarentena rígida se quiebra en El Alto.

La cuarentena rígida se quiebra en la ciudad de El Alto pese a que las autoridades de la Alcaldía alteña hacen el esfuerzo para hacer el cumplir las restricciones destinadas a evitar la propagación del coronavirus ya que sigue avanzando en esta urbe que está en la lista de ciudades de “alto riesgo” a COVID-19.

Desde el fin de semana, las principales calles aledañas a la avenida Tihuacacu y la 6 de Marzo, fueron tomadas por los comerciantes quienes tampoco cumplen los protocolos de bioseguridad.

Vecinos del lugar informan que desde lunes se vende todo en las calles de la Ceja. Comenzando por la carne, verduras y otros productos comestibles que están permitido para la venta, pero también abrieron sus puertas las tiendas de ropa, de frazadas, de repuestos, accesorios de celular, ferreterías, pastelerías y los restaurantes.

“En realidad la Ceja está volviendo a la normalidad”, dijo uno de los vecinos que hacia sus compras en las calles. En la Ceja también se observa la circulación de algunos vehículos, que de vez en cuando se animan a trasladar pasajeros sobre todo en las mañanas.

El panorama no se diferencia mucho a los días antes de la cuarentena, lo único que no se puede ver es el congestionamiento vehicular que caracterizaba al gran centro comercial de El Alto.

PREVENCIÓN

En el lugar los pocos son los comerciantes y compradores que utilizan los elementos de bioseguridad, no existe protocolo de atención al cliente como la distancia de un metro de persona a persona y pero si hay aglomeración de mucha gente.

Mas allá del temor a la enfermedad, el único miedo que hay en la gente es la presencia de los policías o los militares, quienes, solo comienzan a realizar operativos de patrullaje a partir del mediodía.

INICIATIVA

La única medida de seguridad se observada en la calle 5, de la zona 12 de Octubre donde los vecinos instalaron una improvisada cámara de desinfección. En su interior, de los costados filtra un poco de agua para desinfectar a los transeúntes, después no existe alcohol en gel, ni jabón para el lavado de manos.

El argumento de los comerciantes es que “los bonos no son suficientes para vivir. También tenemos deudas con los bancos” aseguran algunos de ellos.

El panorama en el resto de las zonas es similar, ya que, el reporte de redes sociales y medios de comunicación reflejan el incumplimiento total de las restricciones y las normas de bioseguridad, calles y avenidas cercanas a los mercados se han convertido en ferias populares donde pocos portan barbijos.

Frente a ese panorama, la gente cumple el encierro total se lamenta al ver lo que sucede en las calles. “Ya nos hemos casado de reclamar y pedir presencia de efectivos policiales o funcionarios públicos para hacer respetar la cuarentena. La gente está poniendo en riesgo la salud de cientos de ciudadanos, no nos hacen caso. Qué más podemos hacer”, decía una mujer en una de las zonas de esta urbe y que está acatando la cuarentena disciplinadamente.

Fuente: El Alteño

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