Magisterio no ve condiciones para la educación virtual y pide reunión con el Ministro de Educación
La implementación de la educación virtual es la disyuntiva del magisterio boliviano en tiempos de confinamiento por el nuevo coronavirus. Hoy, 6 de junio, recuerdan su día en la incertidumbre, lejos de las aulas y de sus estudiantes a falta de un plan de contingencia que permita continuar con la gestión escolar.
A través de sus representantes, maestros rurales y urbanos de Chuquisaca, manifestaron su rechazo a la imposición de la educación virtual por parte del Ministerio de Educación que no se acomoda a la realidad económica y social de los padres de familia y los estudiantes; plantean una reunión con la autoridad de Educación para trabajar en el currículo de contingencia para continuar con el trabajo de enseñanza y aprendizaje.
“Creemos que retornar a clases en este momento es muy mentiroso, solo estaríamos creando focos de infección para que la pandemia se siga expandiendo, pero tampoco estamos de acuerdo con que se imponga las clases virtuales de forma vertical como está haciendo el Ministerio, porque eso lo único que va a hacer es alentar una educación discriminadora y elitista, porque las condiciones materiales en Bolivia no dan para aplicar esa educación virtual”, señaló el dirigente de los maestros urbanos, Rodrigo Echalar.
En esa misma línea, el representante del magisterio rural, William Mendoza, argumentó que la posición del Gobierno es “salida de la realidad”.
“Nuestros estudiantes no cuentan con un celular, una computadora y los padres de familia de las provincias son de recursos económicos bastante bajos, eso imposibilita llegar a plenitud a los estudiantes. Por esa razón, nosotros, haciendo un análisis, estamos rechazando las clases virtuales”, dijo.
A decir de sus dirigentes, los profesores no se quedaron de manos cruzadas durante la cuarentena, por lo que exigen una reunión con la autoridad de educación para plantear sus propuestas. Por ejemplo, Echalar detalla una malla curricular de contingencia, seleccionando contenidos de importancia, desterrando temas que no son útiles para el educando y priorizando temas científicos.
“Esta propuesta no está pensada para desarrollarse en mucho tiempo, si no se puede adecuar tranquilamente a la posibilidad y el tiempo que nos permita la pandemia; esto para continuar con los principios básicos de la educación única, es decir que todos los bolivianos reciban la misma educación de forma simultánea y no como ahora, que algunos colegios avanzan y otros no”, explicó.
A su turno, Mendoza también plantea una propuesta para llegar a los alumnos del área descentralizada. La misma se haría efectiva con el apoyo de autoridades municipales y el compromiso de los directores distritales. “La propuesta es una educación modular con la realización de cartillas. El maestro elabora el material, lo va a dejar y hace un seguimiento de un tiempo determinado, de tal forma que se puede avanzar algo”, detalló.
Echalar y Mendoza lamentan que desde el Ministerio de Educación no haya una convocatoria para sostener reuniones de coordinación con el magisterio y ambos coinciden en que la educación virtual nunca podrá sustituir a la presencial, ni tampoco le permitirá a la comunidad estudiantil desarrollar sus capacidades como lo hace en aula, por lo que señalan que la opción a distancia sea un complemento que deba implementarse cumpliendo ciertos requisitos y capacitando a los maestros, padres de familia y al alumnado.
Con ese panorama, el magisterio boliviano afirma que no tiene mucho que celebrar este 6 de Junio y desafía a las autoridades a sentarse y debatir en la mesa una baraja de propuestas por el bien de la educación de los bolivianos.
//Correo del Sur