Fibrosis pulmonar y apuros cardíacos, las huellas en los que vencieron al virus

La OMS advierte problemas en el aparato respiratorio, en el sistema cardiovascular, y en el nervioso central y periférico. Se ha documentado también secuelas psiquiátricas y psicológicas.

Dolor en el pulmón, en el pecho y en el oído. Son algunas de las secuelas que la enfermera Norma Mamani Quispe aún siente a más de dos meses de haber salido de terapia intensiva.

Se contagió con el virus SAR COV-2 y las pruebas dieron positivo el 16 de junio. Hoy está en su casa y retoma sus actividades, pero nada es aún como

Está en su casa y retoma sus actividades, pero dice: “Me quedó muchas secuelas”.

Además del pulmón y pecho hay dolor en el oído, los ojos y la cabeza.

Norma estuvo internada en la clínica ProSalud de Cochabamba por aproximadamente 10 días y terminó su tratamiento en su vivienda. En agosto pasado, además de bajar de peso, sintió temblores y la imposibilidad de mantenerse sola de pie. Necesitaba el apoyo de su esposo para caminar.

Durante este tiempo recibió varias sesiones de fisioterapia para fortalecer sus músculos, ahora se siente mejor y ya empieza a movilizarse por sí sola.

Pero las fuertes palpitaciones en el pecho no han cedido. El dolor en el oído, los ojos y la cabeza es permanente.

“Sobre el dolor en los pulmones, el doctor me ha dicho que hay partes necrosadas y va a tardar por lo menos seis meses en eliminar todo lo malo que hay. Esto irá para largo me ha indicado el médico”.

Dice que optó por apoyarse con el dióxido de cloro para bajar la intensidad del dolor y siente que le ha ayudado incluso con varias enfermedades de base que tenía, entre ellas la hipertensión.

Norma es uyunense, Potosí. A sus 45 años trabaja en el maternológico Germán Urquidi como licenciada en enfermería.

FIBROSIS PULMONAR El especialista en Medicina Crítica y Terapia Intensiva Rilmar José Pérez, con varios postgrados, explicó que una de las secuelas observadas en su experiencia es la fibrosis pulmonar que deja a los pacientes oxígeno dependientes o con necesidad de mucha rehabilitación pulmonar.

La fibrosis pulmonar (FP) es una enfermedad en la que hay cicatrices en los pulmones que dificultan la respiración.

Según la literatura médica, es una forma de enfermedad pulmonar intersticial causan inflamación y cicatrices alrededor de los pequeños sacos aéreos (alvéolos) en los pulmones. Hay muchos tipos diferentes de fibrosis pulmonar.

No hay cura para la fibrosis pulmonar, pero la enfermedad a menudo se puede controlar mediante medicamentos, actividad física y terapia de oxígeno.

Otra secuela advertida es la miastenia que significa que los músculos quedan débiles en la parte motora.

También encuentra un cuadro llamado delirium asociado al paciente crítico que causa alternaciones cognitivas, conductuales, en hipo o hiperactividad.

FAMILIA Pérez recomienda que el tema sea tratado en familia. “Los enfermos deben reencontrarse y los parientes deben ayudar con el entrenamiento cognitivo. Recordarles días, horas, fechas, los eventos pasados. En una especie de terapia familiar”.

Dependiendo de la gravedad del contagio, las secuelas pueden permanecer tres o hasta un año, en casos graves; en los leves existe depresión por todo el proceso y sufrimiento.

La atrofia muscular necesita ser tratada con fisioterapia.

OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtió el 10 de agosto daños a nivel pulmonar, neurológico, sicológico y cardiovascular. Se refirió exclusivamente las secuelas por COVID-19. Advirtió que genera una repuesta inflamatoria intensa que tiene al tracto respiratorio y principalmente el pulmón como primer órgano afectado. Sin embargo, varios estudios apuntan a que las secuelas de esta infección no solo se limitan al aparato respiratorio, y que se han registrado secuelas en el sistema cardiovascular, y en el sistema nervioso central y periférico. Se ha documentado también secuelas psiquiátricas y psicológicas

EN EL APARATO RESPIRATORIO

En el informe señala: Los pacientes que desarrollaron un cuadro clínico grave de COVID-19 tienen como principal secuela el desarrollo de fibrosis pulmonar. Durante la fase aguda de la infección por SARS-CoV-2, el daño pulmonar causa edema, desprendimiento alveolar de células epiteliales y depósito de material hialino en las membranas alveolares. Durante la siguiente fase de la infección, que usualmente ocurre entre las segunda y quinta semana, los pulmones muestran signos de fibrosis, con el depósito de fibrina y la infiltración de células inflamatorias y fibroblastos cerca de las células epiteliales, en los espacios alveolares.

EN EL SISTEMA CARDIOVASCULAR

Se ha documentado que pacientes con formas graves de COVID-19 presentaron lesiones significativas de miocardio, incluyendo miocarditis relacionada a infección, con reducción de la función sistólica y arritmias. “Estas lesiones podrían ser secundarias al daño pulmonar severo”.

“Se ha reportado lesión miocárdica, que podría deberse al daño directo a los cardiomiocitos, la inflamación sistémica, la fibrosis intersticial miocárdica y la hipoxia (57). Debido a las lesiones significativas de miocardio en pacientes con manifestaciones clínicas graves por COVID-19, la morbilidad y letalidad de la enfermedad podrían ser altas, más aún en pacientes con condiciones cardiovasculares preexistentes”.

SECUELAS NEUROPSIQUIÁTRICAS

En casos graves, la respuesta hiper-inflamatoria sistémica podría causar un deterioro cognitivo a largo plazo, como, por ejemplo, deficiencias en la memoria, atención, velocidad de procesamiento y funcionamiento junto con pérdida neuronal difusa. Además, se ha documentado que los procesos inflamatorios sistémicos en personas de mediana edad podrían llevar a un deterioro cognitivo décadas más tarde.

“También se han observado diversos tipos de manifestaciones clínicas neuropsiquiátricas, como encefalopatía, cambios de humor, psicosis, disfunción neuromuscular o procesos desmielinizantes, pueden acompañar a la infección viral aguda o pueden seguir a la infección por semanas, meses o potencialmente más tiempo, en pacientes recuperados”.

PSICOLÓGICAS

La propagación de COVID-19 a nivel global, ha llevado a encaminar esfuerzos para asegurar el distanciamiento social, por lo que podrían presentarse efectos psicológicos negativos por el aislamiento social.

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