Economía

Lecheros se arruinan por inundación de lácteos de contrabando

Las empresas tienen almacenadas al menos 5.000 toneladas de leche en polvo, y el queso chaqueño agoniza ante la competencia del queso criollo argentino, dice la Fedeple.

 

«Es como si no existieran fronteras. El contrabando ha desbordado los mercados del país con todo tipo de leches, quesos y mantequillas argentinas y brasileñas», mientras los lecheros nacionales, sobre todo los pequeños, caen en la ruina porque no tienen a quién vender su producto.

A esto se suma la suspensión del desayuno escolar debido a la pandemia, que era un importante nicho de mercado, y a la reducción del porcentaje de los lácteos y sus derivados en el subsidio de lactancia.

Este es el diagnóstico efectuado esta mañana por Mauricio Serrate, presidente de la Federación de Productores de Leche de Santa Cruz (Fedeple).

El perjuicio es compartido por los productores del altiplano paceño, dijo esta mañana su representante Edwin Campos.

Las grandes empresas tienen en sus depósitos al menos 5.000 toneladas de leche en polvo y han ido reduciendo la compra de leche natural.

Bolivia produce 1,8 millones de litros diarios (MML/día) de leche, de los cuales 1,3 MML/día corresponden a Santa Cruz.

De los 1,8 MML/día, entre 400.000 a 500.000 L se venden a las grandes industrias lácteas del país, pero hay una «gran masa de pequeños productores que no están pudiendo vender», alertó Serrate.

La causa de este colapso es —según ambos dirigentes— el masivo ingreso de productos de contrabando de Brasil y Argentina.

Para atacar este problema, los productores pidieron acciones contundentes contra el contrabando a la Aduana Nacional y al Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando, además de la creación de una Comisión Permanente Protección de la Leche.

Según Serrate, la comisión tendría tres ámbitos de trabajo: lucha contra el contrabando, búsqueda de mercados de exportación y ampliación del mercado nacional

Lo último se lograría a través del aumento del peso de los derivados lácteos en el desayuno escolar, cuando la situación se normalice, y en el subsidio de lactancia; su incorporación en el refrigerio de los empleados públicos y otros.

Fuente: Página Siete

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