Cultura

Kiro Russo lleva a Bolivia al Festival de Venecia después de casi tres décadas de ausencia

Su filme ‘El gran movimiento’ se estrenará en la sección Horizontes del prestigioso festival italiano.

 

La cinta se titula “El gran movimiento” y es el segundo largometraje del director boliviano Kiro Russo, mismo que tendrá su estreno internacional en el 78° Festival Internacional de Cine de Venecia, que se celebrará entre el 1 y el 11 de septiembre en la ciudad italiana.

“Es una película que se aproxima a la identidad de la ciudad altiplánica a través de dos personajes: Elder, un joven minero, y Max, un vagabundo en una sinfonía de la ciudad en las alturas, la enfermedad de un trabajador, la pesadilla y su redención”, dice la sinopsis del film.

“El gran movimiento” fue filmada íntegramente en celuloide —formato Super 16 mm— en diferentes locaciones de La Paz entre abril y noviembre de 2019 y ahora formará parte de la sección Horizontes en la muestra veneciana, de la que Bolivia no participa hace 26 años.

“Para mí es una alegría inmensa llegar a Venecia a competir con películas monstruosas, con millones de dólares de presupuesto, con toda una estructura institucional detrás”, dijo el director a La Razón. Su filme se estrenará junto a otras grandes producciones latinoamericanas como «Spencer» de Pablo Larraín (Chile), y «Competencia Oficial» de Gastón Duprat y Mariano Cohn (Argentina).

Con una inversión de $us 300.000, “El gran movimiento” fue producida por Kiro Russo, Pablo Paniagua y Alexa Rivero y participó de numerosas instancias de desarrollo en reconocidos certámenes internacionales, como los festivales de Cannes (Francia), San Sebastián (España) y Mar del Plata (Argentina), entre otros.

También se produjo con el apoyo del ya inexistente Programa de Intervenciones Urbanas (PIU), el Fondo Concursable Municipal de Promoción al Desarrollo, Salvaguarda y Difusión de las Culturas y las Artes (FOCUART) y los fondos internacionales del Doha Film Institute (Qatar) y el CNC, Centre National du Cinéma et de l’Image Animée (Francia). Es, además, una producción en asociación con Sovereign films (Suiza), Bord Cadre films (Suiza) y Universal Brokers (Bolivia).

“Es muy lindo poder representar al país y es importante para el gremio del cine también pues permite al país existir internacionalmente”, comentó el director.

«El gran movimiento», “una experiencia cinematográfica de cine total”, será estrenado en salas bolivianas en enero de 2022.

SINFONÍAS URBANAS

“Es una película sobre la ciudad de La Paz, pero también sobre el espacio urbano. Es una película muy arquitectónica, muy espacial, que habla del paso del tiempo en la ciudad, en las calles, en todo el espacio de la urbe”, es la definición que da Russo a “El gran movimiento”, que originalmente llevaba el título de “Loba”.

En ella, el director quiso rescatar cosas perdidas del cine antiguo, del cine mudo y, sobre todo, de un género de vanguardia en los años veinte: las “sinfonías de la ciudad”, las cuales eran una especie de híbrido entre cine documental y experimental, que con narrativa muy abstracta recorrían espacios urbanos.

“Y eso es la película básicamente. Una sinfonía de la ciudad de La Paz”, aseveró Russo, quien no desea adelantar muchos detalles del filme por ahora, pero promete que en él hay una tesis sobre la individualidad, la colectividad y la ciudad más allá de ambas.

UN GRAN RIESGO

Russo es mejor conocido por “Viejo calavera” (2016), su ópera prima seleccionada en más de 80 festivales en los que obtuvo obtuvo 23 premios, entre ellos el Gran Premio en el Festival de Cartagena (Colombia), el Premio FIPRESCI de la crítica en el Festival de Río de Janeiro (Brasil) y el galardón a Mejor Fotografía ADF en la Competencia Internacional del BAFICI (Buenos Aires), entre otros.

Ese reconocimiento internacional fue de gran ayuda a la hora de encontrar financiación para “El gran movimiento”, cuya realización en celuloide representó un gran reto para el cineasta a nivel técnico y un gran riesgo monetario también. Ya en sí es caro filmar una película, peor aún en un formato cada vez más raro como es el Super 16 mm en un filme que trata de retomar «cosas olvidadas de la historia del cine».

“Ha sido muy difícil pero enriquecedor para mí como director. Sobre todo, por la rigurosidad que hay que tener al pensar en lo que vas a filmar. Tiene que estar muy claro”, dijo Russo, quien se une a directores como Quentin Tarantino en la defensa de seguir filmando con celuloide

A todo ello se suma que su producción de miles de dólares, realizada en un país en donde los apoyos a la incipiente industria cinematográfica son escasos, entra en competencia directa con producciones multimillonarias, cuyos países invierten mucho dinero en la producción audiovisual, incluso a nivel televisivo.

“Creo que estamos muy lejos de llamar al cine que hacemos en Bolivia una industria porque no tenemos las herramientas para llegar a entrar a lo que es el estándar mundial. No me refiero al trabajo y la técnica de la gente que está haciendo cine, sino a la falta de recursos y a la necesidad de mayor conexión internacional”, explicó el director y productor que tuvo que armar una amplia red internacional para llegar a Venecia y competir con filmes que tienen una clara estructura institucional y de auspicios, mientras que en Bolivia la Agencia de Desarrollo del Cine y Audiovisual Bolivianos (Adecine) sigue haciendo todo lo que puede para que se apruebe la ley del Cine.

“Dudo mucho que las cosas cambien a corto plazo en el país y los que hacemos cine tenemos que rompernos la cabeza para ver cómo hacer las cosas”, dijo Russo, quien espera estar siendo pesimista a la hora de pensar que el legado cultural no parece importar mucho a las instituciones gubernamentales bolivianas.

UN HITO PARA LA PRODUCCIÓN CINEMATOGRÁFICA BOLIVIANA

Con obstáculos y todo, Russo y su equipo técnico han logrado que su película forme parte de la programación oficial del Festival de Cine de Venecia, marcando un hito para la producción cinematográfica boliviana contemporánea, ya que es la primera cinta nacional que se exhibe en el siglo XXI en el que es considerado el primer festival de cine del mundo, vigente desde 1932.

Por el Palazzo del Cinema, sede principal de la muestra veneciana, han pasado figuras fundamentales del cine, como Charles Chaplin, Luis Buñuel, Jean-Luc Godard, Agnès Varda, David Lynch, Sofia Coppola y Guillermo del Toro.

Este año, la “mostra” veneciana abrirá con la más reciente película de Pedro Almodóvar, «Madres paralelas», y en el jurado se encuentran, entre otros, la cineasta china ganadora del Oscar, Chloé Zhao, y el director coreano Bong Joon-Ho, también premiado por la Academia de Hollywood.

Fuente: La Razón

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