Economía

La economía circular mueve el agua de las empresas de bebidas bolivianas

La economía circular es un modelo de producción que implica compartir, reutilizar o renovar, para que el ciclo de vida de un producto se extienda. Dos compañías de bebidas de Bolivia convirtieron este concepto en una filosofía de trabajo: la Empresa de Embotelladoras Bolivianas Unidas (EMBOL S. A.) y la Cervecería Boliviana Nacional (CBN). «(…) Devolvemos al medioambiente cada gota de agua que utilizamos en la elaboración de nuestras bebidas (…)», expresó EMBOL. 

En la actualidad, esta compañía requiere 640 mililítros de agua por litro de Coca-Cola producido. «Tenemos la certeza que es una ratio muy eficiente, comparado con otras industrias de nuestro rubro». 

Pero, ¿Cómo es posible que este líquido elemento usado retorne al medioambiente? Desde la embotelladora contaron a OPINIÓN que recurren a la innovación. Por ejemplo, instalaron sistemas economizadores en la lavadora de botellas y en la línea de producción, con lo que, «no solo logramos un importante ahorro de recursos hídricos, sino también una reducción significativa del desperdicio de agua, mejorando así la eficiencia operativa de la empresa». 

En esta línea amigable con el medioambiente, EMBOL también hace un tratamiento de efluentes de procesos aeróbicos, basado en la purificación de agua a través de microorganismos aerobios, «donde se envía el 100% del agua que consumimos en proceso».

Añadieron que la descarga de efluentes es controlada y fiscalizada por personal del Departamento de Medio Ambiente de la Gobernación de Cochabamba, instancia que realiza inspecciones físicas y autoriza la descarga a un cuerpo de agua.

Devolver el agua, remarcaron, es «nuestro compromiso global, determinado por Coca-Cola Company». Otro desafío en favor del planeta es proteger las cuencas que son fuente de agua para las comunidades. 

Con todo esto, y a través de los programas de reposición ejecutados en distintos municipios, la compañía le devuelve al planeta «el doble del agua que utilizamos para elaborar nuestras bebidas en Bolivia». 

Lo llamativo es que todos estos procedimientos para la eficiencia hídrica son internos. Hay otros externos, como la “fábrica de agua”, un programa ejecutado por su aliado estratégico, Fundación Natura, que desarrolla los Acuerdos Recíprocos por Agua (ARA), un modelo de gobernanza local del agua que tiene dos pilares. Por una parte, proteger los bosques de cuenca alta para ayudar a mantener la provisión hídrica en cantidad y calidad; y, por la otra, concientizar a los usuarios de cuenca baja sobre la importancia de contribuir a la conservación de los terrenos asociados a las fuentes acuíferas. Hasta la fecha, este programa ha resultado en la protección de 55.600 hectáreas de bosque.

Asimismo, se han liderado proyectos en beneficio de comunidades de Chuquisaca, Potosí, Cochabamba, La Paz, El Alto y Tarija, impactando positivamente a miles de familias con acceso a agua segura, capacitación en plomería y programas de reforestación.

A través de estas fábricas, se logró la mejora de los medios de vida de más de 6.500 familias. 

AGUA PARA LA COMUNIDAD

Ese norte también tiene CBN: «(…) Una vez tratada, el agua utilizada en nuestros procesos se devuelve de forma segura a las comunidades cercanas para un nuevo propósito», explicó el gerente de Asuntos Públicos de CBN y ESG, Luis Lugones. 

En un solo año —2023— suministraron más de 200 mil metros cúbicos de agua tratada. 

Esto es posible gracias a unas Plantas de Tratamiento de Efluentes (PTEs), que dan «un segundo uso a los residuos generados en nuestras operaciones».

Hay cuatro de estas modernas infraestructuras en los municipios de Taquiña, Sacaba, Huari y El Alto, además de otras cuatro distribuidas en La Paz, Santa Cruz, Oruro y Tarija. Bajo acuerdos firmados con gobiernos municipales e instituciones, el líquido elemento tratado es reutilizando por las familias en limpieza urbana, riego agrícola y los procesos industriales. 

La consolidación de estas plantas, dijeron desde la cervecería, contribuye al objetivo de hacer una gestión estratégica del agua.

CBN también involucra al consumidor en este compromiso con el medioambiente. Por ejemplo, su marca Agua Somos, es el primer producto concebido con una causa social: llevar este recurso básico a comunidades en situación vulnerable que sufren estrés hídrico. «En este propósito, el consumidor desempeña un papel clave, ya que, por cada dos litros vendidos, la compañía dona un boliviano, contribuyendo así a la realización de proyectos que garantizan el acceso al agua en zonas rurales».

Hasta la fecha, esto benefició a por lo menos 565 familias en cinco comunidades rurales: Río Blanco, en el Bosque Seco Chiquitano de Santa Cruz; Tiquipa, en el altiplano norte de La Paz; Lapachal, en Villa Montes, Tarija; Taquiña, en el área metropolitana de Cochabamba; y Carbón Mayu, en el municipio de Tiraque del departamento valluno.

De esta manera, el valle acoge compañías amigables con el medioambiente y comprometidas con el futuro de sus consumidores. 

Fuente: Opinión

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