Economía

Más de medio centenar de dueños de vehículos paga impuestos en mora, algunos bajo un plan

Entre el 2 y 3 de mayo, propietarios de 57 vehículos pagaron sus impuestos en mora desde hace 10 años e iniciaron un plan de pagos. Con ello detuvieron las acciones coactivas, como el embargo de su automotor, que instruyó la Alcaldía de La Paz.

La directora de la Administración Tributaria Municipal (ATM), Noemí Lastra, afirmó que, de ese total, el 60% de los propietarios de vehículos pagó sus impuestos al contado. El 40% se acogió a planes de pago.

Con la regularización de sus deudas tributarias, los contribuyentes evitaron que la Alcaldía prosiga con las acciones coactivas. Esto incluye, entre otras acciones, el embargo, el congelamiento de cuentas y el remate del vehículo.

La Administración Tributaria Municipal (ATM) tiene en la mira a más de 48.000 vehículos que tienen mora tributaria de más de 10 años.

“En cualquier etapa del cobro coactivo, los contribuyentes pueden regularizar sus deudas para evitar que prosigan las acciones coercitivas”, aseguró Lastra.

MORA

La funcionaria dijo que el pago de los tributos en mora o cualquier otro impuesto puede realizarse en cualquier agencia bancaria, en las seis cajas habilitadas en la planta baja de la ATM, en el edificio Armando Escobar Uría, en la calle Colón esquina Mercado.

En tanto, los planes de pago deben realizarse en una de las cuatro ventanillas del segundo piso de la ATM y que durará máximo 10 minutos. Deben presentar las fotocopias del carnet de identidad y del Registro Único para la Administración Tributaria (RUAT).

Como parte del plan de pagos, los propietarios deben pagar una primera cuota del 10% de la deuda total y el saldo en 30 pagos mensuales. Además, este beneficio tiene una particularidad, ya que los contribuyentes pueden atrasarse dos cuotas en el pago y pagar esas cuotas retrasadas junto a la tercera cuota.

La Alcaldía anunció que para esta semana se tierne previsto el embargo de al menos 100 vehículos, identificados por mora tributaria.

Fuente: La Razón

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