
Cada 15 de abril se conmemora una jornada de relevancia global: el Día Mundial del Arte. Esta celebración anual, instaurada formalmente por la UNESCO en noviembre de 2019 durante su cuadragésima Conferencia General, tiene sus orígenes en una iniciativa previa del año 2012 impulsada por la Asociación Internacional de Arte (IAA). El propósito fundamental de este día radica en estimular el avance, la divulgación y la valorización de las expresiones artísticas en sus múltiples formas.
La elección del 15 de abril como fecha significativa no es fortuita. Se estableció en honor al natalicio de Leonardo da Vinci (1452-1519), figura emblemática del Renacimiento y exponente de una vasta gama de disciplinas que abarcan la pintura, la anatomía, la arquitectura, la paleontología, la botánica, la escritura, la escultura, la filosofía, la ingeniería, la invención, la música, la poesía y el urbanismo. Al recordar a este polifacético genio, se busca simbolizar la trascendencia e influencia universal del arte en la historia de la humanidad.
La UNESCO, al oficializar esta fecha, persigue el objetivo de consolidar los lazos entre las creaciones artísticas y el tejido social, alentar una mayor conciencia sobre la diversidad de las manifestaciones artísticas y destacar la contribución esencial de los artistas al desarrollo sostenible. La organización internacional enfatiza el papel crucial del arte como vehículo para el intercambio de conocimientos, el fomento del diálogo intercultural y la construcción de un mundo que aspire a la paz y la libertad.
En este día, alrededor del planeta se promueven diversas actividades conmemorativas. Se organizan debates, conferencias, talleres, eventos culturales y exposiciones que buscan celebrar la riqueza y variedad de las expresiones artísticas. La intención es brindar una plataforma para que la sociedad se conecte de manera más profunda con el arte y reconozca su impacto significativo en la vida cotidiana.
Desde su concepción inicial por la Asociación Internacional de Artes Plásticas, la idea de dedicar un día específico al arte cobró mayor fuerza hasta su reconocimiento formal por la UNESCO. Esta designación subraya la convicción de que el desarrollo sostenible requiere inherentemente un espacio significativo para la creatividad artística en la vida de las personas. La UNESCO argumenta que solo un enfoque de desarrollo centrado en el ser humano, basado en el respeto mutuo y el diálogo abierto entre culturas, puede conducir a una paz duradera, donde el arte actúa como un puente de entendimiento y conexión.
La trascendencia del arte radica en su capacidad como una de las formas más evolucionadas de la expresión humana. A través de diversos recursos plásticos, sonoros o lingüísticos, el individuo puede manifestar su perspectiva personal sobre inquietudes, intereses o la simple contemplación de la belleza. La ciencia ha identificado múltiples beneficios asociados a la práctica artística desde edades tempranas, incluyendo el desarrollo de una sensibilidad ética sólida, el aumento de la concentración, la formación de estructuras de pensamiento complejas, el fomento de la creatividad individual y colectiva, la promoción de la tolerancia y el fortalecimiento de la confianza y el autoconcepto.
A pesar de que en ocasiones el arte puede ser relegado en las prioridades gubernamentales y sociales, es fundamental reconocer su carácter inherente a la humanidad y su papel imprescindible en el progreso de las civilizaciones. Las expresiones artísticas ofrecen un espacio propicio para la creación y también para la construcción de sociedades más equilibradas, al desarrollar la sensibilidad individual y colectiva y al liberar las tensiones sociales. Por ello, el fomento y el apoyo al arte, tanto a nivel individual como colectivo, se presentan como elementos esenciales para aspirar a una sociedad mejor.
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