Sociedad

Tarija: Un día feliz con el fallecido Justo Soto, el legendario cañero de San Roque

Cuando Justo tenía once años y en su cantón estaban en plena cosecha su padre le consultó si quería aprender a tocar la caña. Con el sí de Justo, y una ilusión inigualable, éste tomó dos quintales y medio de trigo y los intercambió por una caña para su hijo

 

Corría el año 2017 cuando Don Justo Soto nos recibió en su humilde hogar, que se traducía en dos cuartitos prestados en instalaciones del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges). En el lugar, unos retazos de tela hacían de cortina y separaban tímidamente el mundo de Justo con el patio trasero de esa institución.

Entre las ruinas de algunas cosas desgastadas estaba él. “Vestía” una enorme sonrisa y una mano de anfitrión amable, característica de todo chapaco, se extendía hacia nosotros. “Somos mensajeros de buenas noticias” le dijimos a lo que contestó ¿qué sería señorita?.

Fue entonces cuando le avisamos que el diario El País lo había elegido como Personaje del año 2017 por su gran aporte a la cultura como uno de los principales cañeros de la gran fiesta de San Roque. Justo no tardó en sonreír aún más y nos invitó a sentarnos en una vieja banca de madera. “Qué día más feliz”, dijo.

Desde su hogar recorrimos su vida, sus logros, alegrías y tristezas. Don Justo nació en 1926 en el Cantón Junacas, comunidad El Cóndor, su padre tocaba el erque, la caja y la quena. Pero siempre el sonido de una caña lo despertaba en la madrugada, pues un vecino ejecutaba este instrumento a diario.

Cuando Justo tenía 11 años y en su cantón estaban en plena cosecha su padre le consultó si quería aprender a tocar la caña. Con el sí de Justo, y una ilusión inigualable, éste tomó dos quintales y medio de trigo y los intercambió por una caña para su hijo.

Desde ese entonces el músico aprendió a tocar solo el instrumento y fue perfeccionándolo. Sin embargo, a temprana edad trabajó para apoyar económicamente a sus padres, viajó a la Argentina y a su retorno lo impulsaron a hacer promesa a la Virgen de Chaguaya. Ésta fue la manera en la que Justo comenzó a tocar en las fiestas religiosas.

Así en poco tiempo, acompañó a la Fiesta grande de Tarija con su infaltable presencia, convirtiéndose en un sello de la procesión. De manera paralela enseñaba a niños y jóvenes el arte de tocar la caña.

En ese momento Justo hace una pausa, nuestra mente retorna a su casa, y nos muestra uno de sus tantos reconocimientos, esta vez de la Iglesia San Roque.

Omar Flores, quien en 2017 era representante del Comité de Festejos de San Roque decía lo siguiente: “Muchísimo ha ayudado con hacer un grupo de cañeros, y hoy por hoy, si tenemos algunos cultores de eso es gracias a ese apoyo que él ha brindado a los demás”.

El poco apoyo y su enfermedad

Pero “nadie es profeta en su tierra” dice un dicho conocido y para Justo la frase tomaba valor en ese entonces. “Ojalá algún día por lo menos una calle se llame como yo” expresaba Justo cuando se le preguntaba sobre el apoyo de las autoridades y más triste se ponía cuando le tocaba hablar de su enfermedad.

Estuvo por muchos años enfermó de gangrena en la pierna izquierda. En una ocasión estuvieron a punto de amputársela, pero él no lo permitió y se salió del hospital. “Estoy sufriendo de recursos económicos, no tengo plata para hacerme curar, de eso no hay ayuda” decía muy apenado Don Justo Soto.

Cuando le tocó hablar lo hizo con la soltura de quien disfruta del momento, quizás el último en el que el músico fue reconocido en su amada Tarija

También se quejaba constantemente por el poco apoyo de las instituciones culturales a su persona, que según relataba no impulsaron sus clases de caña. “Deberían valorar más a quienes hemos aportado a la cultura”, decía.

El día del acto del Personaje del año 2017 del diario El País don Justo se vistió con sus mejores galas, aún lo recuerdo sentado en la primera fila del teatro de la Casa de la Cultura. No podía faltarle su sombrero de chapaco ni su fiel caña.

Cuando le tocó hablar lo hizo con la soltura de quien se adueña y disfruta del momento, quizás el último en el que el músico fue reconocido en su amada Tarija.

Falleció en un asilo

De la entrevista y del acto pasaron casi tres años, lo último que supimos de Don Justo es que se encontraba en el Hogar de Ancianos Santa Teresa de Jornet, afectado por casos de Covid en los últimos días

El lamentable desenlace ocurrió la noche del pasado sábado mientras se encontraba en su dormitorio, así lo confirmó María del Carmen Laguna, directora del asilo a El País.

El músico de 94 años presentaba varias enfermedades debido a su avanzada edad. Laguna explicó que Soto ya había manifestado que se encontraba decaído y luego de su cena falleció.

Y aunque aseguran que dio negativo a la prueba Covid-19 su nieto expresa su duda. “Es lo raro, lo absurdo. Hace dos días nos decían que estaba bien y que estaba comiendo bien y nos llamaron ayer y nos comentan que ha fallecido, pero están tomando medidas de Covid para prevenir, lo van a llevar al crematorio”, afirmó su nieto Geison Romero Soto.

Fuente: elpais.bo

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