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Pekín: repartidor de comida obliga a confinarse

Hace unos días, una noticia provocó cierta inquietud entre los residentes de Pekín. Por un lado, el nuevo brote de coronavirus, según las autoridades, estaba controlado. Pero entre los 100.000 repartidores a domicilio que habían pasado por las pruebas de ácido nucleico, uno había dado positivo. Se trataba de un hombre de 47 años identificado como el señor Kong.

 

El repartidor entregaba diariamente unos 50 pedidos de comida en cuatro distritos de la capital, entre los que estaba el de Fengtai, donde se encuentra el mercado de abastos origen del nuevo brote.

El oficio de reparto de comida a domicilio está bastante arraigado en las grandes ciudades de China, seguramente más que en ningún otro país. Un trabajo que ha sido fundamental durante la crisis vírica: mientras todo estaba cerrado, los conductores de motos eléctricas que van casa por casa repartiendo comida y lo que el cliente quisiera, seguían en primera línea, jugándose el tipo, con horarios interminables como los que hacía el señor Kong, de 7:00 a 21:00 todos los días de la semana. Ahora, tras el positivo del señor Kong, estás compañías han aumentado sus controles, indicando en las facturas de los paquetes que recibe el cliente los detalles sobre la desinfección de la bolsa y la temperatura del repartidor.

Desde que surgió el primer caso del nuevo brote el pasado el 11 de junio, se han detectado 318 infectados en Pekín. La Comisión Nacional de Salud ha informado ayer de 12 nuevos casos en toda China, siete de ellos son contagios locales en la capital, donde las autoridades ya han batido el récord de testeo masivo a más de 8,2 millones de residentes.

//Los Tiempos

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